jueves, 17 de junio de 2010

Todo se hace Sapa

Salimos de Hanoi. Teresa ha organizado el viaje en el elegante tren Victoria. 
Vamos a cruzar montañas, ríos y campos vietnamitas y llegaremos a la maravillosa Sapa, lugar de veraneo de los últimos colonizadores franceses.

La estación de Hanoi es un caos. 
El antiguo edificio alberga multitud de personajes autóctonos.

 
Hay una sala de espera para los locales y otra para los extranjeros, más lujosa... Aunque parezca mentira es simplemente una forma de discriminación para el turista!

 
Hacemos el trayecto nocturno de más de 8 horas en un compartimento para nosotros solos. No es fácil conciliar el sueño debido al continuo traqueteo, a los baches que nos hacen saltar y al inmenso ruido producido por el estrepitoso movimiento de los vagones. Lo bueno es que nos siguen tratando como si nos hubieran confundido con gente importante (pues lo hemos pagado, jeje!).

Llegamos a Lao Cai y de allí partimos en minibus hacia Sapa. 
Es fresquito y decidimos pasar de guías y excursiones organizadas alquilando una moto para explorar la zona por nuestra cuenta. Increíbles paisajes, bosque, selva, cascadas, terrazas de arroz, poblados de tribus autóctonas en los que no somos muy bien recibidos... en fin, un poco de todo.
Otro día lo dedicamos a las compras. 
Las mujeres de las tribus viajan al pueblo cargadas con sus productos. Son muy pesadas y te persiguen por todas las calles para que les compres sus artesanías. Al final conseguimos que alguna nos time... y también algunas gangas... Teresa está feliz.

Hemos pasado unos días muy agradables en la sierra vietnamita, apartados del calor del resto del país. Ahora toca bajar de nuevo y lanzarnos a navegar por las aguas de la bahía de Halong, nuestra próxima aventura.

Vamos pues!


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