Volamos en avión, desde Da Nang, y todo, absolutamente todo es fácil. El aeropuerto, el taxi, las avenidas, las calles, el hotel… Genial.
La ciudad es totalmente distinta al resto del país. Su evolución económica la ha convertido en una gran urbe, mezcla vietnamita-europea, donde a pesar de no haber muchos extranjeros la vida es muy parecida a la occidental.
En un par de días a Teresa le ha dado tiempo a comprar millones de cosas para todo el mundo (si no tiene algo para ti es que se lo ha quedado ella...), hemos ido al Consulado de Camboya para conseguir mi visado, hemos visitado los cuatro monumentos que tiene la ciudad y por fin hemos comido marisco... Un marisco bastante especial, eran caracoles de mar, chicos y de colorines y gordos y negros. Jajaja!
Teresa se va, Teresa vuelve a casa (ver entrada "Mi gozo en un avión".)
Mientras tanto alquilo una moto para conocer de primera mano el tráfico en la ciudad más grande de Vietnam y podiendo moverme libremente veo la mayoria de sus barrios y me puedo acercar a los mercados más lejanos.
A pesar de tener noticias de que el dinero que se mueve en el país es el dolar estadounidense, he cambiado Euros en Rieles Camboyanos para tener dinero local. He dado 50 Euros y me han dado lo que veis en la foto...
...aquí si que hay crisis.
Mi cambio de país trae consigo el cambio estacional. Las lluvias están llegando. Ya esta aquí el monzón.
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