jueves, 6 de mayo de 2010

Yakarta – Entrando en Indonesia

Dejando atrás la vibrante Hong Kong parto lleno de renovadas energías y motivación hacia mi nuevo destino, Indonesia.

Quiero recorrer el país de Oeste a Este, de Sumatra a Papua, y busco vuelo para entrar al país por Banda Aceh, pero las comunicaciones no son iguales que en Europa y tengo que abandonar la idea original para iniciar mi periplo indonesio en la isla de Java, concretamente en su capital Yakarta.
(Al día siguiente de mi llegada a Java recibo la brutal noticia del tremendo terremoto que los habitantes de Banda Aceh han sufrido, y sus consecuencias. Mi destino no es sufrir un terremoto, al menos en Indonesia. Al menos este año.)

Jakarta es inmensa, y más de 45 minutos de coche la separan de su aeropuerto. Me dirijo a la zona de mochileros (Jalan Jaksa) ya que la escapada a HK ha producido una inmensa desestabilización en mi presupuesto y hay que equilibrarlo. Mi estancia en el Palm Hotel durante los próximo días va a ayudar eficientemente a ello.

La ciudad antigua, a pesar de tener mucha historia y haber sido el centro neurálgico de toda la zona, está olvidada.
A nadie le preocupa ya si en este edificio se firmó la paz que daba fin a muchos lustros de guerra o si en aquel otro estuvo la reina de Inglaterra alojada hace más de 50 años (lo cual a mi tampoco me importa pero hay muchos sitios, en esta zona del mundo, donde si). La mayoría de edificios se encuentran en mal estado, y muchos de ellos, en estado ruinoso, ocupan grandes terrenos de Prime Real State (el centro, vaya), que en cualquier otro lugar del mundo habría generado la renovación y/o demolición para la construcción de nuevas infraestructuras.
Aquí es más fácil mover el centro de la ciudad hacia otra parte, y así lo hacen.

De esta manera la ciudad crece indefinidamente y hoy día para cruzarla de parte a parte hacen falta 3,5 horas de nefasto, contaminante y peligroso transporte urbano, el bús público.

Mi paso por Jalan Jaksa me hace conocer a gente muy diversa. Los argentinos Héctor y Sergio recién licenciados en economía son buenos acompañantes en el arte de la dialéctica y a menudo nos enfrascamos en charlas sobre el ritmo de Gaia y sus alteraciones. Sin llegar a respuestas comunes ni soluciones definitivas aparece el pequeño Carlo, aprendiz de todo, con sus múltiples tatuajes, su carrera de ingeniería recién terminada y sus esplendidos 23 años, dispuesto para la acción.

Comemos, bebemos, fumamos en shisha…pero sobre todo hablamos y escuchamos todo lo que halla que escuchar y decir. Hay momentos agradables y otros más tensos donde la palabra no es la mejor herramienta para expresar las ideas, y estas pueden ser malinterpretadas. Todo queda aclarado cuando usamos la misma herramienta de expresión, la ilusión y la esperanza puestas en el futuro.

Unos días después visito el Zoo de la ciudad, pues no hay muchas más cosas que hacer en ella. Disfruto de su esplendida colección de aves de miles de colores, tamaños y formas. Los dragones de Komodo, los casi extinguidos tigres de Java, los orangutanes y los gorilas viven increíblemente en semi libertad (lugares inmensos cerrados al ser humano, con posibilidad de observarlos a través de pequeños túneles y aberturas en las paredes), no pudiendo obtener buenas fotos de todos ellos pues la gran distancia que nos separaba no podía salvarla el zoom de la lente actual de mi cámara (18-55 mm, para los que entiendan).

Yakarta no es una ciudad bonita ni fácil de visitar, pero si realmente quieres conocer Indonesia es fundamental pasar al menos 3 ó 4 días en ella y disfrutar de todo lo que te ofrece.

Una vez registrado en la Embajada Española de Indonesia, puedo salir de la ciudad, en dirección Este.

Para ver las fotos, pincha aquí.

 La prueba fehaciente de que mis amigos no eran imaginarios.

1 comentario:

juanma dijo...

Hola Juan, sigo tu blog a menudo y me ha gustado mucho tu última entrada, muy descriptiva, dan ganas de ir... cuídate, un abrazo
juanma